miércoles, 10 de enero de 2007


uno a uno pisaba los tejados, las terrazas y las azoteas de los edificios y saltaba y recogía el aire de la ciudad en mis pulmones mientras cantaba todas las canciones que me sabía. Y era libre y era feliz y sólo del reloj tenía miedo y de un cocodrilo que por la calle esperaba mi caida. El frío de enero me despertaba de cualquier signo de cansancio y el mundo sólo era el mar de antenas que estaba a mi vista y que yo dominaba con un salto. Alguien canta en una ventana cercana y se está haciendo mi casa, mi lugar de reposo. Yo tengo espada, yo tengo garfio, yo crezco, yo también sé volar. Elegante, siempre bien vestido, alto, fortachón y con personalidad, siempre soñé con James Hook

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy segura que juntos creceremos, llegaremos a volar muy alto, muy lejos, cantarás todas las canciones que sabes y perderás el miedo al reloj y a ese cocodrilo que espera tu caida, porque no te voy a soltar de la mano, somos dos, nosotros, tu y yo.