jueves, 26 de abril de 2007

sant jordi

Ja va eixir un dia radiant i bonic, millor dit, maco i bufó, com diuen per aquestes terres. Flors a tot arreu, roses a la porta de casa, a la parada del bus, a les carreteres. Normalment roges, es a dir, vermelles, i amb una senyera al plàstic, sense el blau, com és preceptiu aquí. Pel matí institut, que tocava treballar un poc i dur als alumnes al seu recital de poesia. No vaig poder anar a Barcelona a veure a la Teresa de la Vega i això si que em va fotre, però bé, la meva representant de parella va anar per mi i va gaudir, a més, d’un matí de passejada per la Barcelona màgica.

El recital molt bonic, amb una selecció de poemes que em va agradar molt, oportuns i multicultural, en total unes 12 llengües diferents, i alguns tan meravellosos con l’Aiguamarina de Josep Maria de Segarra. Corrent a la ciutat, passeig pels carrerons del Born i dinarot dins d’un petit bar.


I el plat fort per mi. Un món de gent i de flors. Podria dir llibres, però els llibres més s’endevinen que es veien. Per a un valencià seria com passejar per les falles però sense veure ninots. Bé, l’ambient és diferent, més assossegat, més literari, més tranquil, però t’arriba. Et sents partícip d’una cosa amb arrels, fàcil però fonda. Els pitjors parats els escriptors que semblen més animals de zoo esperant que els donen cacauets. Em va agradar molt, i el meu llibre també m’està agradant molt, Seda, de Baricco, que poc a poc es convertirà en un dels meus escriptors de capçalera.


Repetiré, segur, la festa del llibre i la rosa, la diada de Sant Jordi, em tornarà a veure per aquest país.


martes, 24 de abril de 2007

primer sant jordi meu a barcelona. Ja contaré més, però és preciós

miércoles, 18 de abril de 2007

avui, anava dins de l'autobús i al mp3 ha sonat la meravellosa banda sonora d'una de les meues pel·lícules preferides i he recordat el moment del film en què Nanni anava a veure com ballaven en una plaça de Roma. Com sempre un somriure

Il sogno segreto di Nanni Moretti

Nanni:

In realtà il mio sogno è sempre stato quello di saper ballare bene. Flashdance si chiamava quel film che mi ha cambiato definitivamente la vita. Era un film solo sul ballo. Saper ballare...e invece alla fine mi riduco sempre a guardare, che è anche bello, però...è tutta un'altra cosa.

lunes, 16 de abril de 2007



Dentro del autobús a mediodía me he dado cuenta que hacía más de doce horas que no había sonreído. Ya esta mañana me he levantado con un pie en el abismo y me ha costado más de lo normal coger el tren de vuelta hacia Barcelona. Y necesitaba hablar y me sentía solo y le daba mil vueltas a las cosas y me sentía triste, muy triste.

He pasado por Torreblanca y echaba de menos el verano, mi playa, a los míos, ser yo. Y me he acordado de mi abuelo, que este agosto no estará sentado en la puerta mirando quien entra y quien sale y preguntando que hacemos. Y las lágrimas me llenaban los ojos y no encontraba consuelo y me he tenido que refugiar en la separación de vagones para no dar la nota. Llorar en el tren, como tantas otras veces en mi vida.

Pero poco a poco he tenido que ir alegrando la cosa para poder llegar a casa y al instituto, y he pensado en todos esos proyectos dejados de lado que tengo en la cabeza y que nunca hago y me he acordado de lo loco que soy. Debo preocuparme de vivir, no de morir y ser más valiente. Y he vuelto a tener miedo. Pero no os preocupéis, sonreiré, como sea, sonreiré

miércoles, 4 de abril de 2007



O dius
les co-
ses pel
seu nom
o dius
al pa
pa i al
vi vi.
ENRIC CASASSAS en PLAÇA RASPALL

lunes, 2 de abril de 2007

Valencia lleva ya puesto su traje de abril, florido y luminoso, el traje de las tardes largas, de mangas cortas sin sudores, que despide al invierno con timidez y saluda al verano con las ganas de una ciudad que se sabe del mundo del calor. Y allí volvía yo, a darle uno de esos paseos que no tienen ni inicio ni final, a enseñarle a mi abuela los edificios que hablan, las torres que vigilan, las iglesias que recogen. Y a pensar.




Y hoy pensaba en una ciudad en blanco y negro, musicalmente ruidosa, de gente con corbata y trabajo en la oficina, de copas de martini y luces de neones al anochecer, de coches con formas puras y faros exteriores. Pensaba en una ciudad de gabardinas y sombreros, de cafés y máquinas de afeitar, de periódicos en las máquinas y con una banda sonora de jazz. Para muchos seria, para mi cabeza era elegante, sumamente elegante, una ciudad de cómic, de historias escondidas, blancas y negras.



Y he cruzado la calle y de frente un hombre sin una pierna, que andaba con muletas, con la cara pintada de payaso y una camisa que tenía multitud de colores. Y ha pasado un coche con música caribeña y cerca chillaban unos niños en el patio de un colegio y en la misma acera la casa de los caramelos y el viento que agitaba las banderas y tiraba las flores de los árboles. Y el ruido imprevisto y nada previsible y no había manera de esconder los colores y menos en abril, que no hay manera de quitarle el vestido a mi ciudad